El Perdón

Esta noche recordé tantas cosas que me duelen. Cosas que aun no me he perdonado. Esta noche fue diferente. Después de hablar con un ángel, un ser hermoso lleno de amor y delicadeza que me recordó lo siguiente:

Si estas mirando hacia abajo, es por que estas arriba. 

Se me olvida desde donde estoy tomando esta perspectiva. Así que comienzo este proceso del perdón. Empezando por mi.

Me perdono por ser tan duro conmigo:

Esto me pasa cuando sucede algo mas allá de mi control. Sabiendo que el control es relativamente subjetivo. Es un estado mental. Cuando las cosas no están yendo bien, siento que intensifico mas el dolor, la ansiedad y la desesperación. 

Lo veo como una forma de auto-castigo.

Realmente no aprendo nada sobre eso. Así que me perdono por ser duro y mi auto-castigo tóxico.

Me perdono al querer apresurar al tiempo a la hora de olvidar, y creer que ya aprendi de mis errores en la vida que llevo:

Me perdono por no tomar mis relaciones con otros de manera mas cautelosa y mas humana. Me perdono por creer que empezar a unir lazos con otra persona es cualquier cosa que con el tiempo aprenderé figurar. He aprendido sobre eso, mas no totalmente internalizado  la gran importancia de mis círculos y los lazos que tengo con los demás. 

Cada vez mas me estoy rodeando con gente con mucha luz y amor. Que tienen el deseo de la vida reflejada en su mirada. Aveces es demasiado los regalos que he recibido.

Me perdono por creer que podía salirme con la mía en repetidas ocasiones sin consecuencias:

Le he hecho daño a personas cercanas a mi circulo y mi ser. Hubo un tiempo que pensaba que inevitablemente terminamos lastimando mas a los seres que amamos, o que creíamos que amábamos. Sin embargo, el daño esta hecho y deje marcas mas allá de cicatrices. Espero y deseo que sanen con el tiempo.

Me perdono por no permitirme sanar hasta ahora:

Me di cuenta gracias a ese ser hermoso que el mejor tiempo para perdonarme ya había pasado. Mas nunca ha sido tarde para comenzar.

Así que empiezo con esta carta a mi mismo, que comparto contigo, sin conocerte. Sin saber de tu existencia. Con la esperanza que estas palabras le lleguen a la gente correcta, la gente a la que su alma le pida que ya es hora de sanar.